Desde que comenzamos juntas a transitar por esta profesión, intentamos ser fieles a nuestros principios y coherentes en nuestro accionar, a fin de lograr que la justicia que parece muchas veces “injusta” sea a los intereses de nuestros clientes y de la sociedad toda un poco mas justa y ecuánime cada día.
Seguimos en el camino optando por la responsabilidad y el respeto, para con nuestros clientes, para con la justicia misma y el ejercicio de la abogacía y por sobretodo para con nosotras.
Para seguir avanzando en nuestros propósitos necesitamos de la colaboración de todos Uds. para nutrirnos de realidad y plasmarla en la profesión. Es por eso que renovamos la invitación ya cursada, a fin de que compartamos este espacio, los invitamos a hablar de derecho…

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sábado, 31 de julio de 2010

¡Hoy cumplimos 7 años! (01/VIII/2010).-



Hoy el estudio jurídico Mankevicius-López cumple, más o menos, siete años de vida. Hacemos un recreo del tema que venimos tratando. Vamos a reflexionar sobre nuestro ser abogadas hoy…

Si vamos a la definición del diccionario de la Real Academia Española, abogado/a es “(Del lat. advocātus). 1. m. y f. Licenciado o doctor en derecho que ejerce profesionalmente la dirección y defensa de las partes en toda clase de procesos o el asesoramiento y consejo jurídico.” (www.rae.es). No sabemos sí es una definición perfecta, pero es pertinente, clara, concisa. Y dista mucho de esta otra definición, de la misma fuente, que trascribimos a continuación. “Cuervo: (Del lat. corvus). 1. m. Pájaro carnívoro, mayor que la paloma, de plumaje negro con visos pavonados, pico cónico, grueso y más largo que la cabeza, tarsos fuertes, alas de un metro de envergadura, con las mayores remeras en medio, y cola de contorno redondeado.” ¿Por qué la confusión? ¿Por qué la ofensa?

Creemos que nosotros, los abogados, las abogadas, y por hoy no hacemos distinción en cuanto a las diferentes materias, para poder ejercer esa dirección, defensa y asesoría de la que habla de la definición, así como otras funciones que la misma no menciona, como la de ser apoyo, psicóloga/o, amiga/o y a veces también el malo, o la mala, de la película, para todo eso necesitamos partir de una base: Si hay “una” verdad para nosotros (los seres humanos en general) es inasequible, quizás cada persona tiene un poco, pero ninguno puede estar seguro de cuál es su porcentaje. Entonces, a veces, nos toca, por profesión, tratar de cambiar nuestra propia perspectiva para pararnos en el lugar de las personas que patrocinamos, la persona que está sufriendo una situación ya sea porque se le está vulnerando un derecho, ya sea porque con su actuar ha perjudicado de alguna manera a otro. Si defendemos al bueno, somos las Doctoras, si defendemos al malo, somos Cuervos… Para nosotros, para nosotras, hay un principio constitucional que dice que toda persona es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad; otro del mismo tenor normativo, dice que todos tenemos derecho a defensa en juicio. ¿Y sí al próximo que acusan de algo es a vos?

¿Saben? No pasa eso con muchas profesiones… Nosotras, entre las dos hacemos un promedio de ejercicio de la profesión de alrededor de diez años, conocimos muchos laburantes del derecho y bastantes menos cuervos. Creo que sí nos sentamos un ratito hasta les podemos contar en qué casos. Y lo peor es que por ahí te llama así alguien que nunca tuvo un abogado en frente. Sólo alguien que vive de la profesión te puede decir la impotencia que se siente cuando no pudiste convencer a un juez, con todos los argumentos del caso, de la razón de tu parte… Encima, somos los que estamos en el medio. Por un lado, la burocracia y, en algunos casos, falta de idoneidad de los juzgados y, por el otro, la impaciencia de los clientes… En nuestro mundo no existen: entradas fijas mes a mes, licencias, vacaciones pagas, aguinaldos… Sobra vocación, responsabilidad y ganas. Pero todos hablan mal de los abogados.

¿Saben? Perdón, pero no nos importa. Como se lee más arriba, creemos en otro modelo de abogado, ese modelo es el que perseguimos. No gastamos plata en páginas amarillas, nos recomiendan nuestros clientes; es uno de nuestros orgullos. No tenemos de cliente a Ricardo Fort, sino a nuestros vecinos, la gente de nuestra comunidad, el almacenero, porque como trabajamos a conciencia, podemos volver a nuestras casas tranquilas.

El estudio está formado por dos abogadas con muchas cosas en común y algunas diferencias; con mucho esfuerzo, mucho amor y muchas ganas. No sobraran honorarios, pero si compromiso, esperanza y, aunque a veces todo está muy gris, la seguridad de que hacemos lo que podemos por todos y todas los que nos acercan sus problemas.

Gracias a nuestras familias que nos bancan; Gracias a nuestros amigos que se ríen junto a nosotras de nuestras vicisitudes; Gracias a nuestros clientes que confían en nosotras y nos re eligen (incluso cuando les va mejor). Gracias a Dios por los desafíos de todos los días.

Los dejamos con algo que escribió un jurista, Couture, y que para nosotras dice mucho...

Decálogo del Abogado:


I. Estudia. El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos serás cada día un poco menos Abogado.

II. Piensa, El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.

III. Trabaja. La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la Justicia.

IV. Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia.

V. Sé leal. Leal con tu cliente, al que no puedes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando el sea desleal contigo. Leal para con el Juez que ignora los hechos, y debe confiar en lo que tu le dices y que, en cuanto al Derecho, alguna que otra vez debe confiar en el que tú le invocas.

VI. Tolera. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.

VII. Ten paciencia. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.

VIII. Ten fe. Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho, en la Paz como substitutivo bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz.

IX. Olvida. La Abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras llenando tu alma de rencor llegaría un día en que la vida sería imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.

X. Ama tu profesión. Trata de considerar la Abogacía de tal manera que el día que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponrcionarle que sea Abogado.

2 comentarios:

Eva dijo...

Felicidades Estudio jurídico Mankevicius-López, sigan en la ruta q van porque estan en lo correcto. Beso

Pablete dijo...

Hola, Doctoras: me alegro y celebro con uds., no sólo el aniversario, sino el estilo.